El lupus eritematoso sistémico (LES) es una de las enfermedades autoinmunes sistémicas que afectan a más personas y científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado los múltiples beneficios que les aporta la Dieta Mediterránea.
Su trabajo, publicado en la revista Rheumatology, ha revelado que los pacientes con lupus que siguen un patrón de Dieta Mediterránea tienen menores cifras de sobrepeso/obesidad, un menor riesgo cardiovascular y experimentan mejoras en el curso clínico de la enfermedad (menores índices de actividad y acumulación de daño orgánico).
Además, los investigadores también han observado que el consumo de ciertos alimentos se asocia con más beneficios para estos pacientes. Así, tomar alimentos antiinflamatorios característicos de la Dieta Mediterránea, como aceite de oliva, y no consumir alimentos que no forman parte de ella (como productos cárnicos procesados, alimentos azucarados y bollería industrial) se asociaron significativamente con menor actividad y daño orgánico en pacientes con lupus.
Según Gabriela Pocovi Gerardino, dietista nutricionista, doctora por la Universidad de Granada y primera autora de este trabajo, “la causa exacta del lupus aún se desconoce, pero se sabe que resulta de la interacción entre diversos factores como una predisposición genética; ciertos factores ambientales (exposición a rayos UV, tóxicos, estilo de vida) o cambios hormonales entre otros”. Esta compleja interacción da lugar a una repuesta autoinmune que produce inflamación y daño en muy diversos órganos y tejidos. Además, hay que destacar que los pacientes con lupus tienen un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.
Desde el año 2017, este grupo de investigación de la UGR y el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), liderado por Norberto Ortego Centeno, viene investigando el impacto de la dieta en las enfermedades autoinmunes y particularmente en el lupus. A partir del proyecto LyDIMED “Lupus y Dieta Mediterránea” (Pl-0523-2016 Consejería de Salud, Junta de Andalucía), se planteó el objetivo de investigar la influencia de la dieta y en concreto, la dieta mediterránea en la cronicidad, gravedad y riesgo cardiovascular en esta enfermedad autoinmune.
Para ello, han realizado un estudio descriptivo transversal en el que se ha valorado el estilo de vida en general (ingesta dietética, composición corporal, nivel de actividad física, hábitos tóxicos) y la adherencia a la dieta mediterránea. Participaron un grupo de 300 pacientes con lupus de varios hospitales de Andalucía (Hospital Universitario San Cecilio/Hospital Campus de la Salud (PTS) Granada, Complejo Hospitalario Universitario de Jaén, Hospital de Poniente-El Ejido).
Teniendo en cuenta que la mayor parte de las enfermedades autoinmunes sistémicas incluyendo el lupus son patologías crónicas y degenerativas para las cuales no existe un tratamiento curativo, sino que más bien el tratamiento consiste en controlar la sintomatología existente, “estos resultados son de gran relevancia e impacto y nos llevan a aconsejar que, junto con el tratamiento médico, el asesoramiento nutricional podría ser de gran utilidad para mejorar el curso del lupus y sus comorbilidades”, concluye la investigadora de la UGR.